Aún con los errores en los que haya caído la MUD en su desempeño, no han sido causa de más calamidades para el pueblo, de modo que el éxito logrado con la validación de los partidos democráticos demuestra la actitud mayoritaria de los venezolanos. Este proceso de validación exigido por CNE, se convirtió en un bumerang para el oficialismo
Acudimos a la validación de Acción Democrática. Las expectativas con la asistencia fueron cubiertas con rotundo éxito, al extremo de que sólo el día sábado 25 el partido del pueblo sumó las firmas exigidas en todo el país por el Consejo Nacional Electoral (CNE), correspondiendo las del día domingo a crear un superávit muy significativo, que nos indica que ese partido como organización de extracción popular está de vuelta. Allí estaban los sobrevivientes de la vieja guardia, con sus bastones y padecimientos, y al lado de ellos un entusiasta sector joven que son una muestra de la presencia de sangre y voluntades nuevas, que promete un alargue indefinido de la existencia de ese partido. AD está muy viva y coleando.
Este proceso de validación exigido por el ente electoral y diseñado con la adopción de todos los obstáculos posibles, se convirtió en un bumerang para el oficialismo, empeñado como ha estado en saltarse a la torera la obligación de realizar las elecciones de gobernadores según lo establece la Ley respectiva. No podrán continuar eludiendo su realización, las que por adelantado podríamos afirmar no les serán favorables. La fortaleza opositora está intacta, a pesar de desaciertos y equivocaciones en que su dirigencia haya podido caer, lo que no ha afectado el respaldo del pueblo y mucho menos han incidido en ser causa para que se registre una disminución en el rechazo que existe en los ciudadanos contra la gestión de Nicolás Maduro.
El daño causado a la población de todas las edades y nivel social ha sido de tal magnitud, que aun con los errores en los que haya caído la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en su desempeño, no han sido causa de más calamidades para el pueblo, de modo que el éxito logrado con la validación de los partidos democráticos demuestra la actitud mayoritaria de los venezolanos, que esperan expresar llegado el momento electoral.
Nicolás Maduro tendrá mayores dificultades para gobernar si continúa empeñado en impedir la consulta popular. Si de verdad el Gobierno fundamenta su permanencia en el poder, porque esa fue la voluntad expresada en las urnas, entonces bajo ningún argumento debe insistir para que la opinión de los electores no sea expresada. Todas las elecciones deben celebrarse en los tiempos que señala la Ley, y el imperio de ésta debe prevalecer.
